IES José Mor de Fuentes

miércoles, 14 de enero de 2009

POESÍA PARA LLEVAR NUMERO 1

CASA DE MISERICORDIA
Joan Margarit (1938-)

El padre fusilado.
O, como dice el juez, ejecutado.
La madre, ahora, la miseria, el hambre,
la instancia que le escribe alguien a máquina:
Saludo al Vencedor, Segundo Año Triunfal,
Solicito a Vuecencia poder dejar mis hijos
en esta Casa de Misericordia.

El frío del mañana está en la instancia.
Hospicios y orfanatos fueron duros,
pero más dura era la intemperie.
La verdadera caridad da miedo.
Igual que la poesía: un buen poema,
por más bello que sea, será cruel.
No hay nada más. La poesía es hoy
la última casa de misericordia.
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"El título de este libro es el de uno de los poemas que contiene y que comencé a concebir mientras visitaba una exposición sobre la Casa de Misericordia, donde podía verse fotografías y documentos ligados a la historia de esta institución. Tres cosas quedaron en mi mente: en primer lugar, el edificio, enorme, austero y bruñido de tan limpio, con los niños y las niñas siempre graves y en orden, en pie o sentados, en un orden casi militar. En segundo lugar, las solicitudes, muchas de las cuales eran de viudas de asesinados en la represión del final de la guerra civil, que pedían el ingreso de sus hijos por imposibilidad de mantenerlos. En tercer lugar, los informes de los jueces y otros funcionarios del nuevo régimen sobre aquellas solicitudes.”
“Las Casas de Misericordia fueron instituciones de gran severidad, rayana a veces en la maldad, pensaba yo, recordando aquellos años de posguerra, los años de mi infancia, cuando eran referentes familiares en nuestra vida cotidiana. Y en este punto, me venían a la mente las solicitudes de las madres, y la conclusión era clara: la intemperie era mucho más espantosa. Por esto se afanaban para hacer que sus hijos entrasen en aquel lugar. Y en este punto, la mente daba un salto hacia la poesía, hacia lo poco que quizá servía un poema para ayudar a soportar el dolor y las carencias. Pero no hay nada más, y si esto es triste, mucho más triste es la intemperie sin los versos. La poesía: una especie de Casa de Misericordia"
Joan Margarit
Del Epílogo a Casa de Misericordia, 2007

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