ALMUDENA GRANDES
Almudena Grandes es una de las escritoras españolas más relevantes de las últimas generaciones. Nació en Madrid en 1960. Siempre se ha sentido muy vinculada a su ciudad natal. Estudió Geografía e Historia en la Complutense y comenzó a trabajar en el mundo editorial como escritora de encargo. Comenta que empezó a escribir porque no le gustaba el fútbol: su padre y su abuelo se “tragaban” el partido y los niños no podían hablar. Les daban lápices de colores, pero como a ella le aburría dibujar, se ponía a escribir cuentecitos.
Entre sus trabajos como redactora y alguna incursión en el mundo del cine, Grandes obtuvo el reconocimiento del público con su ópera prima Las edades de Lulú (1989), que obtuvo el XI premio “La Sonrisa Vertical”, de narrativa erótica. Desde su aparición, ha sido traducida a 21 idiomas y lleva vendidos más de un millón de ejemplares. Fue llevada al cine por Bigas Luna en 1990.
Almudena Grandes publicó su segunda novela en 1991, Te llamaré Viernes, que tuvo poco éxito. Tres años más tarde salió a la luz Malena es un nombre de tango, ambientada en la España de la transición, también llevada al cine, esta vez por Gerardo Herrero. Narra a lo largo de tres décadas la adolescencia y la madurez de Malena, una joven de la alta burguesía madrileña, cuya trayectoria vital y sentimental estará marcada por la relación con su hermana melliza.
A partir de entonces, sus novelas tienen un denominador común: están protagonizadas por mujeres. En 1998 presentó la maravillosa Atlas de geografía humana, en la que demuestra un absoluto control del lenguaje y la estructura novelesca. Cuatro mujeres cuentan en primera persona su propia historia en un tiempo de confusión ideológica y crisis generacional. Azucena Rodríguez la llevó al cine en marzo de 2007. En 2002 publicó Los aires difíciles, otra obra premiada y exitosa.
En 2004 publicó Caballos de cartón. Transcurre en la España de comienzos del siglo XXI y muestra con gran realismo e introspección psicológica la vida cotidiana de seres de esta época. A mediados de febrero de 2007 publicó El corazón helado, su novela más ambiciosa, la novedad literaria de este mes en nuestra biblioteca, que vamos a comentar por separado.
Su última novela publicada sea Inés y la alegría Toulouse, verano de 1939. Carmen de Pedro, responsable en Francia de los diezmados comunistas españoles, se cruza con Jesús Monzón, que, sin ella intuirlo, alberga un ambicioso plan. Unos años después, en 1944, Monzón, convertido en su pareja, ha organizado el grupo más disciplinado de la Resistencia contra la ocupación alemana, prepara la plataforma de la Unión Nacional Española y cuenta con un ejército de hombres dispuestos a invadir España. Entre ellos está Galán, que ha combatido en la Agrupación de Guerrilleros Españoles y que cree, como muchos otros en el otoño de 1944, que tras el desembarco aliado y la retirada de los alemanes, es posible establecer un gobierno republicano en Viella. No muy lejos de allí, Inés vive recluida y vigilada en casa de su hermano, delegado provincial de Falange en Lérida.
EL CORAZÓN HELADO
Hasta la fecha de su publicación, la propia Almudena Grandes ha considerado esta novela como su obra más ambiciosa. Tras la aparición de Inés y la alegría, seguramente ha cambiado de opinión. Consta de un total de 919 páginas en las que la escritora retrata con maestría una de las épocas más oscuras de nuestra historia. En esta novela se reconstruye la historia sentimental de dos familias opuestas ideológicamente, que vivieron de distinta forma la Guerra Civil, el exilio, el Franquismo y la Transición. Es una historia relatada desde el presente por los nietos, esa tercera generación que se atreve, por vez primera, a hacer preguntas.
El corazón helado parte de un entierro familiar en febrero de 2005, en el que Álvaro, hijo del fallecido, se sorprende de la presencia en el sepelio de una mujer joven desconocida que parece delatar aspectos ocultos de la vida de su padre. Esta mujer, Raquel Fernández Perea, el personaje favorito sin duda de la autora, es hija y nieta de exiliados en Francia y lo sabe todo sobre la vida de sus padres y abuelos.
Junto a Raquel y a Álvaro, protagonistas actuales de la historia, víctima ella e hijo del traidor él, construye al personaje de Julio Carrión, el eje de la historia que nos lleva hasta el momento vivo de la novela. Carrión, padre de Álvaro, es un prestigioso hombre de negocios, radical y con una “inmoralidad que el franquismo instaló en todas las esferas” y con el que se aprecia cómo cualquier “oportunista” puede medrar en “un jardín de generalifes”. A lo largo de la novela, se desmoronará para sus hijos el mito de un padre ejemplar, enriquecido en el franquismo cuando usurpa sin piedad las propiedades de una familia exiliada, la de Raquel. Sólo a su muerte, sabrán los hijos el origen infeccioso de la fortuna del padre.
Almudena Grandes ha intentado construir una novela politica que no fuera “panfletaria” y también “sentimental”, en donde los personajes se equivocan, rectifican , reconstruyen una época llena de curvas y meandros. Se ha criticado que en esta obra, los personajes republicanos (“los rojos”), aparecen retratados como si fuesen perfectos: no tienen defectos, se mueven siempre de forma altruista o por elevados ideales. Los personajes del bando nacional (“los fascistas”) son monolíticos, llenos de taras. Por ejemplo, el malo malísimo Carrión es un personaje de una pieza, demasiado de una pieza, sin fisuras, como un pivote maligno y tortuoso.
A la vez, Grandes escribe una apasionada historia de amor, establecida entre dos personajes inolvidables, en un relato lleno de amor, tristeza, historia, amargura. En la novela se derrama la efusión sentimental, la emotividad, la agudeza feroz del dolor. Sólo el amor verdadero puede salvarnos de la soledad. Por eso estamos ante una gran historia de amor y sobre todo de perdón. Una historia que a pesar de su aparente inclemencia deja al final una puerta a la esperanza, al perdón, pero siempre para decirnos que debemos reconocer lo que pasó. Un libro hermoso, en ocasiones un poco folletinesco, pero esta característica, forma parte del encanto de Almudena Grandes, que en este libro, se oculta muy poco tras sus personajes, tan bien dibujados.