El verano ya está aquí, las vacaciones ya han llegado, el descanso, los no madrugones, el mucho trasnochar, las fiestas, los bailes, la playa, el río, la piscina, el parque, las ensaladillas rusas y las limonadas bien frías.
Pero lo mejor para mí, es que tengo todo el día para LEER.
Día y noche, mañana y tarde, 24 horas para pegarme al libro y no dejarlo hasta acabarlo.
¿Qué qué voy a leer? pues cualquiera de las miles de recomendaciones que os hemos hecho durante este curso, además iré a ver a mi bibliotecaria preferida "Nanín" y me dejaré guiar por ella.
Hace días que no voy por la biblioteca municipal y lo hecho de menos.
Entrar allí es como volver al pasado.
He estado allí cientos de veces y siempre que cojo la maneta de la puerta para entrar, experimento un extraño sentimiento: desasosiego, respeto, curiosidad... y un cosquilleo electrizante recorre mi cuerpo.
Es un lugar no muy grande, no muy luminoso, no muy silencioso, con cierto olor a libro rancio, a juventud, a recuerdos de horas pasadas antes de los exámenes, con risas contenidas, con búsquedas infructuosas y con resultados excelentes. Mis recuerdos de la biblioteca son y serán imborrables.
Porque allí afiancé una de mis grandes pasiones:
LEER.
Millones de besos:
bibliomor
PD: Esperamos vuestras ideas, recomendaciones, fotos lectoras del verano.... Recordad que bibliomor somos todos. ¡¡¡SED FELICES !!!!
ANTONIO MACHADO:
Es una hermosa noche de verano.
Tienen las altas casas
abiertos los balcones
del viejo pueblo a la anchurosa plaza.
En el amplio rectángulo desierto,
bancos de piedra, evónimos y acacias
simétricos dibujan
sus negras sombras en la arena blanca.
En el cénit, la luna, y en la torre,
la esfera del reloj iluminada.
Yo en este viejo pueblo paseando
solo, como un fantasma.
(las fotos están cogidas de la red, gracias y espero que el próximo curso pueda colgar las vuestras)
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