Basta observar la cara de los chavales en esta foto para darse cuenta del buen rato que pasarón con Ricardo Gómez.
Fue una sesión realmente agradable.
Ricardo llegó super puntual al centro, derrochó simpatía, cercanía y ganas de comunicarse con nosotros desde el primer momento.
Esperamos a que terminara el recreo y se vaciara la biblioteca para crear un gran círculo alrededor de él. Esperando estábamos una magistral charla del escritor en cuestión sobre la literatura, sus más y sus menos, cuando nos sorprendió con una breve introducción de su obra y de sus porqué y nos invitó a un debate abierto y sincero.
Así que con un poco de vergüenza llegaron las primeras preguntas, luego nos fuimos soltando y él nos fue animando. Preguntas serias, más profundas, algunas repetidas, risas e hilaridad que iban rompiendo el hielo.
Cuando nos quisimos dar cuenta sonó el primer timbre, luego el segundo. Nadie se movía, las profesoras quietas, aquello prometía.
Pero el deber es el deber y la sexta hora nos esperaba así que con un fuerte aplauso le agradecimos a Ricardo Gómez su charla, su profunda y arruyante voz y sus grandes gesticulaciones envolventes.
Nos firmó y nos dijo un hasta pronto, que no es lo mismo que un adiós.
Así que Ricardo aquí te esperamos para que nos sigas contando. Gracias.
Muchas gracias Javier Escartín por hacer posible este ratito con el autor.
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