Por el día mundial de la Paz y la no violencia aquí os dejamos una serie de poesías. Esperamos que os gusten.
HERMANOS
Celso Emilio Ferreiro (1912-1968)
Caminan a mi lado muchos hombres.
No los conozco. Me son extraños.
Pero a ti, que te encuentras allá lejos,
más allá de las sabanas y de las islas,
como a un hermano te hablo.
Si es tuya mi noche,
si lloran mis ojos tu llanto,
si nuestros gritos son iguales,
como a un hermano te hablo.
Aunque nuestras palabras sean distintas,
y tu negro y yo blanco,
si tenemos semejantes las heridas,
como a un hermano te hablo.
Por encima de todas las fronteras,
por encima de muros y vallados,
si nuestros sueños son iguales,
como a un hermano te hablo.
Común tenemos la patria,
común la lucha, ambos.
Mi mano te doy,
como a un hermano te hablo.
MENSAJE DE JUAN PANADERO AL CONGRESO MUNDIAL POR LA PAZ
(Fragmento)
Rafael Alberti (1902-1999)
Aquí estoy. Aquí ya estamos.
No tenemos cara. Somos
el planeta que habitamos.
Venid. No tenemos nombre.
Aunque todos respondamos
a una misma luz: el hombre.(...)
Matadnos. Nos mataréis.
Pero es más fuerte la vida
que la muerte que ofrecéis.
Y al fin correréis la suerte
de los que matando llegan
a darle a su vida muerte.(...)
¿Queréis la guerra? No iremos.
Con la paz entre las manos
por arma, os enterraremos
¡Paz al mundo! Corazones arrebatados y unidos
de millones y millones.
Paz para toda la gente.
Se abran y cierren los ojos
del día tranquilamente.
Paz en todos los hogares.
Paz en la tierra, en los cielos,
bajo el mar, sobre los mares.
Paz en la albura extendida
del mantel, paz en la mesa
sin ceño de la comida.
En las aves, en las flores,
en los peces, en los surcos
abiertos de las labores.
Paz en la aurora, en el sueño.
Paz en la pasión del grande
y en la ilusión del pequeño.
Paz sin fin, paz verdadera.
Paz que al alba se levante
y a la noche no se muera.
¡Paz, paz, paz! Paz luminosa.
Una vida de armonía
sobre una tierra dichosa.
Lo grita Juan Panadero.
Juan en paz, un Juan sin guerra,
un hombre del mundo entero.
PODEMOS SER FELICES
Carlo Frabetti (1945-)
Yo puedo ser feliz como los árboles
y más: como los peces en el mar sin memoria,
como el lagarto al sol, como los cuervos
que juegan doblemente con el aire,
como el perro sin Dios
ni amo y mucho más: como los ojos
que te han visto mirarlos.
Yo quepo en ti, tengo bastante con
nuestra parte de luz, nuestra parte de sombra
y la cinta de tierra que la tierra nos deja
para apoyar nuestro delgado rastro.
Yo me creo tu forma de engañar a la muerte
y hacer del tiempo un mar y una pregunta.
Yo puedo ser feliz, luego podemos
ser felices los hombres, las mujeres.
Que no se atreva nadie
a quitarnos la paz y la palabra,
a maltratar la tierra que amamos y sembramos,
a vender nuestra sangre, pues la hallará dispuesta
a saltarle a los ojos como el cuervo
que defiende a sus crías.
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