Los colores, los libros, un mensaje.
Disfrutad de estos tres libros como lo estamos haciendo nosotros en nuestra biblioteca.
La merienda del señor verde.
Siete ratones ciegos.
El libro negro de los colores.
A continuación os dejo con un pequeño comentario del primer libro: "La merienda del señor verde" que he encontrado en este blog: bibliotecadeloselefantes.blogspot.com
Espero os guste y si habéis leído los otros dos libros nos mandéis vuestros comentarios e impresiones.
Antes darle las gracias a Mar Martín por prestarnos El libro negro de los colores y al CPR de Monzón agradecerle este movimiento fantástico de maletas viajeras de este año. Estamos disfrutando de lo lindo con tanto libro viajero.
Autor de texto e ilustraciones: Javier Sáez Castán
E. Ekaré, 2007
"Javier Sáez, vuelve a sorprender con un álbum que posee un ritmo especial. El texto, escaso pero suficiente, subtitula matizando unas ilustraciones extensas e intensas, llenas de misterio e intriga.
Ya el título provoca toda una incógnita: La merienda del señor Verde. Cinco señores, cada uno de un color, van llegando al mundo verde pausadamente sin prisa aparente, latente.
El primero en llegar es el señor Amarillo, todo de amarillo y matices grises: su bombín, su reloj de bolsillo, sus zapatos, su piel, su paraguas, su camisa amarillenta, sus patillas tan bien recortadas como las del señor Púrpura, que ya está esperando subido al techo de su coche haciendo burbujas púrpuras, impasible a la espera o el paso del tiempo, tanto como el señor Azul, que desciende rígido, colgado del último peldaño de una escalerilla que cae de la boca de un dirigible extraño, también azul, o el señor Pardo, que brota como un árbol, con la sonrisa justa de la tierra. El último en llegar es el señor negro, montando un caballo del mismo color que parece haber escapado de un pedestal y venir saltando, inexpresivo, obstáculos como el laberinto de setos que aparece en la ilustración. El señor negro, trajeado con el mismo traje, bombín y paraguas, que sus compañeros, porta un sable, pero en forma de periódico. Todos con la misma expresión esperan extrañados por la invitación al señor verde que aparece mimetizado, claro, en el mundo de su mismo color.
- Les he convocado porque quiero que vean algo muy intrigante. Tal vez haga falta su colaboración -les dijo.
Los seis con la misma expresión leen un cartel que el anfitrión ha descubierto en una de las puertas de su casa, tras una cortina. Está en latín y es una advertencia, una pregunta, unas palabras de aliento y un aviso. Es específica para ellos, los señores colores. Treinta y tres segundos de silencio, pero al final se decidieron.
¿Qué crees que hicieron? ¿Abrieron la puerta o no? Yo no lo voy a desvelar, pero puedo asegurar que el casi final del libro deslumbra a la persona que lo lee, tanto como a las que lo protagonizan.
Un libro que, creo, juega pisando la línea del surrealismo, mientras nos plantea cuán beneficioso es aunar distintos puntos de vista, o cuan limitado es el mundo que vemos sólo bajo nuestra percepción, nuestra mirada, nuestra cultura. Un mundo de un solo color puede parecer completo, con todo lo que se necesita, con todo aquello que se pueda desear, siempre que no se conozcan otros mundos diferentes, claro.
Javier Sáez, hace también un homenaje a René Magritte, pintor belga que, pretendía con su trabajo, cambiar la percepción precondicionada de la realidad y forzar al observador hacerse hipersensitivo a su entorno.
Las páginas del libro de Ekaré están llenas de guiños y referencias a detalles del pintor, desde los árboles casi perfectos y descopados, pasando por los protagonistas de traje y bombín presentes casi de continuo en su obra, al tipo de letra utilizada para una nota escrita en la casa del señor Verde.
Javier Sáez no se queda ahí, sino que además, tras la sorprendente historia que a uno le deja, como poco en silencio durante al menos otros treinta y tres segundos, nos regala una nota al margen que no es más que una confesión sobre qué tipo de mundo prefiere; un irónico y divertido glosario con los detalles ilustrados a los que se refiere; y, algo que siempre echo en falta en los álbumes ilustrados y creo que sería una buena costumbre que las editoriales y profesionales de la ilustración pusieran en práctica, que es una explicación comprensible de la técnica utilizada en el trabajo de ilustración. Creo que así el disfrute de este tipo de libros iría formándonos también no en la variedad de técnicas sino en su conocimiento. Además explica casi todas las palabras y textos que aparecen en las ilustraciones. Vamos, para no dejar lugar a ninguna duda."
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